PALABRAS DE ALBERTO
MORENO ROJAS
*
Estimada Marcela,
Amigas y amigos:
Nos
congrega una circunstancia especial: 88 años de vida gloriosa del Comandante
Fidel Castro y un aniversario más del nacimiento de un hombre singular:
revolucionario, guerrero, estadista, diplomático y poeta nacido en la tierra de
Rubén Darío, el Comandante Tomás Borge. Ningún momento más oportuno para
celebrar la publicación de su poesía de lucha y vida, fruto de la constancia y
el cuidado de Marcela, esposa y compañera.
Expresa
Marcela “que estas páginas son hijas del amor”. De ese amor universal que sólo
cabe en espíritus elevados y que grafica bien Walt Whitman: “Aquel que camina
una legua sin amor, camina amortajado
hacia su propio entierro”.
A Tomás
Borge le tocó vivir una etapa oscura, marcada por la dictadura de Somoza con el
padrinazgo de los Estados Unidos. La huella dejada por Sandino debía ser
continuada. Era la luz contra la oscuridad; la dignidad contra la barbarie; la
libertad contra la presencia siniestra del imperio.
Era la
hora de la acción y había que actuar. Y actuó eligiendo el único camino posible
en ese momento, asumiendo sus riesgos y consecuencias. Los hechos, que son lo
que finalmente cuentan, les dieron la razón a él y a sus compañeros.
La
Nicaragua libre, hija de Sandino, es la prueba de lo que puede hacer un pueblo
que toma conciencia de sus derechos irrenunciables y que encuentra líderes a la
altura de su esperanza.
Lo excepcional,
en este caso, es que ese liderazgo social, político y ético entronca con los
más elevados dones del espíritu y la belleza. Entonces la política y la
cultura, la realidad y el sueño, la capacidad de realización y la poesía, se
confunden en una sola voz, ofreciéndonos frutos maduros y distinguidos.
A lo
largo de su vida Tomás Borge fue construyendo otros mundos posibles, a través
del verso, inseparable de la lucha política. No por casualidad muchos de sus
poemas son dedicados a personajes históricos como Martí, Bolívar, Sandino,
Manuelita Sáenz, Fidel, Allende, que configuran los eslabones más altos del
imaginario latinoamericano. En el dedicado a José Martí dice:
De vos amigo espero
Tu brazo de hermano
Tu rostro perfecto
Tu caballo rojo
Tu galope al viento.
También a familiares,
que forman parte de su imaginario personal. Como aquellos versos dedicados a
Camila, por ejemplo:
Ahí estuve
Cuando saliste redonda
Eras el universo
Más bien la certidumbre
De una abeja
De una luz para siempre.
En su poesía
personajes históricos y reales llegan a entrecruzarse, a confundirse a veces:
en tanto lo heroico también se halla en lo cotidiano, en el alumbramiento o en
el amor.
(…) devolviéndome la capacidad de asombro
Llegó Marcela
Alta bella amada
Con su voz de violín y sus ojos de vino tinto
Con su luz inagotable.
“La política se ennoblece, se dignifica, se eleva cuando
es revolucionaria”, expresó con sabiduría nuestro Amauta. En él pensamiento y
acción, sueño y realización, marcharon de la mano, dejándonos un ejemplo de
vida no siempre entendido y menos practicado.
En
estos tiempos donde la ferocidad del individualismo, el consumo sin fronteras como sinónimo de realización y
felicidad, o la banalidad a la que conducen el pragmatismo convertido en
ideología oficial, degradan la dignidad humana: una voz como la de Tomás Borge
nos retorna a la lucidez, al sentido heroico de la vida, al compromiso con los
valores más elevados que ha construido la especie humana.
Profundo
sentido de la solidaridad, lealtad con el pueblo y la palabra empeñada, convicción irrenunciable, representan
hoy cualidades contrapuestas con los cánones políticos hegemónicos en el mundo
capitalista.
De allí
la fuerza de su invitación a los revolucionarios del siglo XXI, de cuya
persistencia, lealtad a sus ideales y sabiduría dependerá el destino mismo de
la humanidad amenazada por la degradación ambiental, por el cinismo sin
fronteras y la cosificación de la condición humana.
Son sus
palabras, que merecen reflexión y honestidad con nosotros mismos:
No se puede ser revolucionario
si se cree en el fin de las ideologías
si se ama en los espejos
la imagen del propio rostro
No se puede ser revolucionario
diciendo una cosa
y practicando la línea curva
Revolucionario es quien ama la poesía.
Gracias
* Publicamos este texto por su importancia. En los medios políticos, Alberto Moreno Rojas, es conocido como un dirigente y un reflexivo hombre de ideas socialistas. Sin embargo, pocos saben que es un agudo lector de literatura y un hacedor de ese fuego sagrado que es la poesía. En esta oportunidad rescatamos uno de sus valiosos textos no políticos, que pronunció en el Congreso de la República, el 13 de agosto de
2014.
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