martes, 5 de abril de 2016

POESÍA CLANDESTINA REUNIDA, DEL COMANDANTE TOMÁS BORGE

PALABRAS DE ALBERTO MORENO ROJAS
*

Estimada Marcela,
Amigas y amigos:

Nos congrega una circunstancia especial: 88 años de vida gloriosa del Comandante Fidel Castro y un aniversario más del nacimiento de un hombre singular: revolucionario, guerrero, estadista, diplomático y poeta nacido en la tierra de Rubén Darío, el Comandante Tomás Borge. Ningún momento más oportuno para celebrar la publicación de su poesía de lucha y vida, fruto de la constancia y el cuidado de Marcela, esposa y compañera.
Expresa Marcela “que estas páginas son hijas del amor”. De ese amor universal que sólo cabe en espíritus elevados y que grafica bien Walt Whitman: “Aquel que camina una legua sin amor, camina  amortajado hacia su propio entierro”.
A Tomás Borge le tocó vivir una etapa oscura, marcada por la dictadura de Somoza con el padrinazgo de los Estados Unidos. La huella dejada por Sandino debía ser continuada. Era la luz contra la oscuridad; la dignidad contra la barbarie; la libertad contra la presencia siniestra del imperio.
Era la hora de la acción y había que actuar. Y actuó eligiendo el único camino posible en ese momento, asumiendo sus riesgos y consecuencias. Los hechos, que son lo que finalmente cuentan, les dieron la razón a él y a sus compañeros.
La Nicaragua libre, hija de Sandino, es la prueba de lo que puede hacer un pueblo que toma conciencia de sus derechos irrenunciables y que encuentra líderes a la altura de su esperanza.
Lo excepcional, en este caso, es que ese liderazgo social, político y ético entronca con los más elevados dones del espíritu y la belleza. Entonces la política y la cultura, la realidad y el sueño, la capacidad de realización y la poesía, se confunden en una sola voz, ofreciéndonos frutos maduros y distinguidos.
A lo largo de su vida Tomás Borge fue construyendo otros mundos posibles, a través del verso, inseparable de la lucha política. No por casualidad muchos de sus poemas son dedicados a personajes históricos como Martí, Bolívar, Sandino, Manuelita Sáenz, Fidel, Allende, que configuran los eslabones más altos del imaginario latinoamericano. En el dedicado a José Martí dice:

De vos amigo espero
Tu brazo de hermano
Tu rostro perfecto
Tu caballo rojo
Tu galope al viento.

También a familiares, que forman parte de su imaginario personal. Como aquellos versos dedicados a Camila, por ejemplo:

Ahí estuve
Cuando saliste redonda
Eras el universo
Más bien la certidumbre
De una abeja
De una luz para siempre.

En su poesía personajes históricos y reales llegan a entrecruzarse, a confundirse a veces: en tanto lo heroico también se halla en lo cotidiano, en el alumbramiento o en el amor.

(…) devolviéndome la capacidad de asombro
Llegó Marcela
Alta bella amada
Con su voz de violín y sus ojos de vino tinto
Con su luz inagotable.

“La política  se ennoblece, se dignifica, se eleva cuando es revolucionaria”, expresó con sabiduría nuestro Amauta. En él pensamiento y acción, sueño y realización, marcharon de la mano, dejándonos un ejemplo de vida no siempre entendido y menos practicado.
En estos tiempos donde la ferocidad del individualismo, el consumo sin  fronteras como sinónimo de realización y felicidad, o la banalidad a la que conducen el pragmatismo convertido en ideología oficial, degradan la dignidad humana: una voz como la de Tomás Borge nos retorna a la lucidez, al sentido heroico de la vida, al compromiso con los valores más elevados que ha construido la especie humana.
Profundo sentido de la solidaridad, lealtad con el pueblo y la palabra  empeñada, convicción irrenunciable, representan hoy cualidades contrapuestas con los cánones políticos hegemónicos en el mundo capitalista.
De allí la fuerza de su invitación a los revolucionarios del siglo XXI, de cuya persistencia, lealtad a sus ideales y sabiduría dependerá el destino mismo de la humanidad amenazada por la degradación ambiental, por el cinismo sin fronteras y la cosificación de la condición humana.
Son sus palabras, que merecen reflexión y honestidad con nosotros mismos:

No se puede ser revolucionario
si se cree en el fin de las ideologías
si se ama en los espejos
la imagen del propio rostro
No se puede ser revolucionario
diciendo una cosa
y practicando la línea curva
Revolucionario es quien ama la poesía.

Gracias

* Publicamos este texto por su importancia. En los medios políticos, Alberto Moreno Rojas, es conocido como un dirigente y un reflexivo hombre de ideas socialistas. Sin embargo, pocos saben que es un agudo lector de literatura y un hacedor de ese fuego sagrado que es la poesía. En esta oportunidad rescatamos uno de sus valiosos textos no políticos, que pronunció en el Congreso de la República, el 13 de agosto de 2014.

domingo, 27 de marzo de 2016

POESÍA


UNA ROSA DE PIEDRA
PARA VERÓNICA

Toma esta rosa de piedra
Compañera.
Esta piedra que no es rosa
Es una rosa de piedra,
Compañera.

Esta rosa 
No tiene el aroma
De las siempre vivas,
Ni los estambres
De la orquídea.

Esta rosa de piedra
No tiene los pétalos
De las lilas de mayo,
Compañera.
Esta rosa de piedra
No es rosa.
Es una partícula
De granito
Y no es rosa.
Esta rosa de piedra
Tiene el aroma
De la tierra húmeda
Y no es rosa.



En los poros
De esta rosa de piedra
Duermen millones de años.
Esta rosa de piedra
Tiene el color
Oscuro claro de los meteoros.
Descendió del cosmos
Y se quedó dormida
Bajo la luz de una luna laxa
De ahí la han traído
Los niños de Carosio
Para dártela.

Toma esta rosa de piedra
Compañera
Esta rosa de piedra que no es rosa.
Llévate este capullo de cuarzo en bruto,
Llévate esta hostia del cosmos milenario.

Que te alumbre
Esta rosa de piedra.
Que se haga luciérnaga
Para que puedas mirar
Mejor y que no te extravíes
Como lo desean los demonios
Que conjuran en las sombras.
Toma esta rosa de piedra,
Compañera.
La han recogido los niños
De la Quebrada Carosio
Para ponerla en tus manos.
Llévala contigo
Compañera.
Llévate esta rosa de piedra,
Tiene amor y amistad

En sus estambres.



Julio Yovera.

miércoles, 16 de marzo de 2016

César Vallejo NACIÓ UN DÍA QUE DIOS NO ESTABA ENFERMO

  
Por Julio Yovera

"Ya no reiré cuando mi madre rece
en infancia y en domingo, a las cuatro
de la madrugada, por los caminantes,
encarcelados,
enfermos
y pobres".

(LVIII, Trilce)
Cuando el poeta nació, el 16 de marzo de 1892, el Perú aún sufría las consecuencias de la guerra de rapiña que impuso la clase dominante chilena. Tacna y Arica permanecían en poder de Chile, y los sectores claves de la economía peruana eran acaparados por el capital inglés.
La inestabilidad política, en distintos grados de intensidad, se expandía como ondas dolorosas en todo el territorio de nuestro país. Modernidad en los centros urbanos pero también atraso en las zonas rurales andinas y amazónicas principalmente. Progreso en un reducido sector pero abandono y miseria en los grandes conglomerados populares. 
Sin embargo, a pesar de las desgracias y las frustraciones, la comunidad poética, cultural, política e ideológica del país y del mundo, celebra la fecha del nacimiento de un peruano que iluminó el planeta y trascendió en el tiempo. Como el mismo decía: “…  cuando muera / de vida y no de tiempo”; los vallejianos han honrado su vida y su obra.    
Vallejo por decisión y convicción se puso lejos y en el otro extremo de todo lo que era acomodo, ventajismo, conciliación. Es un poeta solidario y un hombre que amaba la libertad. Y por eso no ningún interés en asegurar un espacio en el “valle de lágrimas” donde él “jamás pidió que lo trajeran” y fue fortaleciendo su convicción de escritor absolutamente fiel a sus ideales.    
Vallejo es inmenso porque, con la sensibilidad propia de los que captan la vida con la piel y miran la realidad con el alma, percibió que su pueblo ancestral tenía una riqueza cultural que el Perú oficial desdeñaba. Esa riqueza no estaba en el oro que enloqueció a los españoles y enloquece ahora al capital, sino en la grandeza de una etnia y de una cultura que ha sobrevivido a las pruebas más duras.
Con Vallejo el Perú andino empieza a tener voz. Vallejo rompe esquemas y modos de pensar y de sentir. Con Vallejo los pueblos adquieren voz propia. Vallejo es producto de una cultura ancestral solidaria y de un cristianismo basado en el amor y la justicia. La primera cualidad provenía de su pueblo y la segunda de su hogar. Los dos abuelos de Vallejo eran sacerdotes católicos venidos de España y al parecer con una visión evangélica fraterna y liberadora.
Después de un periodo más o menos largo de esfuerzos vinieron los primeros reconocimientos de personalidades como Haya de la Torre, Antenor Orrego, Mariátegui y del Maestro Manuel González Prada. Ninguno de ellos, representaba la crítica oficial, pero era la expresión de la tendencia auroral y renovadora. Cuando Vallejo publica, en 1919, Los Heraldos Negros, de aire modernista pero de ritmo interior nativista, sin prólogo y sin presentación, porque quien debía hacerlo, Abraham Valdelomar moriría en noviembre de aquel año. La obra era una creación motivada por la valoración a la cultura ancestral, por el palpitar de un sentimiento hondamente cristiano, por el amor a la familia, a la amada, por la angustia sobre el destino del hombre, de la naturaleza y las especies. Si bien es una obra modernista late en ella el alma de los pueblos ancestrales.
El nombre de Santiago de Chuco se hizo universal gracias a César Vallejo. Celebramos al poeta, que habiendo escrito en español, ha sido traducido a todos los idiomas de la tierra: inglés, portugués, chino, italiano, ruso, árabe, hindú, alemán, quechua, japonés, etc. Los sectores retrógrados y oscurantistas desconfiaban de Vallejo y en general desconfiaban (y desconfían) de la inteligencia. Vallejo, poeta rebelde, no pasaba desapercibido para las miradas grises de la caverna y de la policía.
Su oportunidad para apresar a Vallejo se les presentó en los meses previos a noviembre de 1920, cuando estando en Santiago de Chuco, a donde había llegado desde Lima a visitar a su madre, la muerta inmortal fallecida el 8 de agosto de 1918. Vallejo es apresado, 6 de noviembre, y recién liberado el 26 de febrero de 1921.
¿Quién lo apresó? El sistema, el orden existente. Estoy seguro que si Vallejo estuviera vivo sería ni más ni menos que acusado de terrorista, como suele hacerlo la caverna con los que tienen una opción de izquierda y socialista.
Antes de partir para Europa, destino que ya se había trazado porque quería salir de una atmósfera que sentía que lo ahogaba y porque la amenaza de la prisión pendía sobre él como una espada de Damocles, publica Trilce, en octubre de 1922, con un Prólogo de Antenor Orrego. Libro incomprendido, solo saludado por unos pocos, que entendieron que Trilce había roto la lógica y el espinazo de la poesía retórica. Hermosa obra la suya, muy a pesar del escepticismo de Luis Alberto Sánchez, “¿por qué habrá escrito Vallejo Trilce?, se preguntó extrañado. Hoy se reconoce que con Trilce se inicia la vanguardia de la literatura americana y el mundo de la cultura reconoce que es uno de los tres libros que, en 1922, aportaron a la literatura mundial, junto a El Ulisis, de Joyce, y Tierra Baldía, de Eliot.
Vallejo se fue a París. Por esa década el mundo estaba saliendo de los horrores de la guerra de saqueo entre las potencias y, a la vez, los trabajadores y los pueblos, soñaban en la tierra prometida. Vallejo, después de su primer viaje a la ex Unión Soviética, en 1929, renunció para siempre al APRA y se hizo militante comunista. Se afilió al Partido Socialista del Perú, que había fundado, en 1928, José Carlos Mariátegui.




Europa ha concluido la gran guerra y los pueblos del mundo levantan sus propuestas libertarias que repercuten en nuestros pueblos. Vallejo es uno de los que con mayor sentido de estudio mira todo cuando acontece. El mundo racional que predicaba el capitalismo se ha desmoronado con sus impulsos  y sus ambiciones producen 10 millones de muertos, 20 millones de heridos y millones de dólares en gastos de armas de guerra.  
Saludamos al poeta que se hizo universal porque la esencia de su obra fue el hombre, en su dolor pero también su goce; en su tristeza pero también en su alegría; en su pasado y su presente pero también en ese futuro, que avizoró espléndido aunque para ello tenía que luchar porque el  futuro no es regalo del cielo sino construcción del hombre terrenal.  
Apreciamos al poeta revolucionario, al poeta comunista (cuídate Vallejo del que oculta tu militancia), que a finales de 1928, se afilió al Partido que en el Perú acababa de fundar José Carlos Mariátegui, nuestro Amauta. Y después se afilió al Partido Comunista Francés. Y cuando es expulsado de este país, se va a España y se afilia al Partido Comunista Español. ¡Qué consecuencia tan ejemplar! ¡Qué manera de militancia la suya!
Celebramos al poeta revolucionario que habiendo nacido en un pueblo sencillo que cobijan los Andes peruanos, llegó a ser conocido en todas las latitudes del planeta. No hay país del mundo que lo ignore. En ese sentido tiene la talla de un Shakespeare,  de un Cervantes, de un Dante. Y por eso, el reconocido crítico Tomas Merton lo llamó: “El más grande poeta universal, después de Dante”.
Asumió la dialéctica como método de interpretación de la realidad y como método de creación de una poética, de una narrativa y de un teatro explícitamente socialista. Lo que le generó el desprecio del sistema. Sin embargo, Vallejo, al igual que Mariátegui, fue convencido que la literatura y el arte en general no deben estar sujetos a cánones extra estéticos.
Vallejo puso su espíritu en su obra y que no dejó en modo alguno que su ser de arista y de escritor fuera una creación resultado de exceso individualista o del canon partidista. Por eso, obras como Paco Yunque y El Tungsteno reflejan, abiertamente las contradicciones de una sociedad polarizada, con clases sociales enfrentadas, pero estéticamente bien concebidas.
Vallejo no se queda en la descripción literaria del fenómeno creador. Trató de influir en el espíritu o en la conciencia del lector. Y, por eso, obras como Poemas Humanos y Poemas en Prosa, son fuentes y luces que ayudan a los hombres a guiarse en las tinieblas.
En 1936, España entra a una conflagración entre la vida y la muerte. La España feudal y aristócrata contra la España pueblo; la Monarquía contra la República, esta última de manera legítima había ganado las elecciones generales, pero como la horda de las clases dominantes entienden que el único orden que puede existir es el suyo, dan un golpe de estado. La solidaridad internacional se hace presente. Hitler y Mussolini con Franco contra los republicanos. Y los republicanos con el apoyo de los hombres honrados y los pueblos del mundo
El poeta se integró en cuerpo y alma a la lucha de los republicanos. Se poemas de España, aparta de mí este cáliz, se hacen proclamas y cuando ya no estuvo físicamente (la muerte lo había puesto en su mira), su poesía siguió recorriendo los campos de batalla. Era la voz de la humanidad hecha luz.
Vallejo, hoy, sigue hablando, sigue abrazando a los hombres.
Vallejo es voz - esperanza de los pueblos del mundo.
Vallejo –y lo hemos querido dejar para el final- es el poeta que en sus inicios se dedicó a la docencia. Estuvo en las casas de familias haciendo de maestro particular. Fue docente de instituciones educativas públicas en Lima y Trujillo. En el Colegio San Juan de la capital liberteña compuso poemas didácticos.
Y sabemos por Georgette que cuando estuvo en París fue docente en Círculos Obreros. Singular y destacado referente que tenemos los maestros en un colega como Vallejo que nos enseñó no solo el valor de la estética sino el valor de la ética, que a fin de cuentas, nos bifurca el camino entre los que son y los que aparentan ser. Así de simple.
Vallejo muere, el 16 de abril de 1938, antes de que España caiga. Se murió “en París, con aguacero”. Sobre su tumba los revolucionarios, los hombres honrados suelen depositar presentes. Y los traficantes de su nombre también.
Felizmente el poeta sabe quién es quién.

  

lunes, 7 de marzo de 2016

HORACIO, EL LÍDER GREMIAL Y DE IZQUIERDA, ADEMÁS DE POETA DE LA TERNURA

Por Julio Yovera.

Los tiempos de Horacio
Hace algunos días, leyendo a Savater me encontré con una frase audaz dictada por su condición de preso y de amoroso compañero del arte: “Desde que conozco el arte, sé que un hombre nunca puede estar del todo prisionero.” (1). Entendí mejor lo que decía Horacio Zeballos, el líder de los maestros, quien no solo llevaba el “sufrir como un talismán (Montale), sino también la ternura y el amor de quienes representó en sus duros años de combatiente. Por ese “delito” fue perseguido y confinado en prisiones sórdidas, mas:
“De qué les sirve mi cuerpo
si el corazón lo tengo libre” (1)
Horacio partió a la inmortalidad el 7 de Marzo de 1984. La mayoría de los maestros de la generación de los 70s, que ya no quedan muchos en la docencia activa, lo siguieron y convirtieron en su guía.  Es que  Horacio había salido del pueblo, volvió a su seno cuando ya era maestro  y, después, cuando se convirtió en perseguido constante, fue la gente del pueblo la que le brindó refugio. Él se mantuvo consecuente con sus raíces y dentro de ese estar constante fue amigo y leal compañero. En cambio, en la lucha y la confrontación contra el poder, su postura fue desafiante y contundente. La convicción le afloraba hasta iluminarlo y por eso era desenfadado  frente a los “descuartizadores de la luz y el canto” (2) 
Con su figura de Cristo desgarbado y digno; con su caminar que poco a poco se hizo lento; con su palabra que trasmitía emoción y concepción, indignación y ternura; congregaba y alimentaba coraje y consecuencia a los de sus filas. Por esas razones llegó a ser amado por los maestros sobretodo, y, por las mismas razones, fue odiado por los sectores más retrógrados y reaccionarios de los militares y grupos de poder, que bajo el mandato del general Morales Bermúdez, se empeñaron a desmoralizar a Horacio y en negarle a los docentes el derecho a una vida digna.  
El SUTEP surgió desde el corazón del magisterio peruano. A estas alturas de la historia, independientemente de sus limitaciones y yerros, que los tuvo y los tiene, decimos que el gremio de los maestros peruanos se ha convertido en patrimonio de las organizaciones sociales del pueblo. Conductor de ese caminar que aún no concluye, fue el maestro Horacio Zeballos Gámez. 
La travesía ha sido larga para los maestros; de sacrificios: persecuciones, cárceles; muerte con características de asesinato, despidos, traslados, subrogaciones; pero, si todo esto fue  “un presente” de la dictadura para todos los maestros, fue en Horacio que se concentró el odio irracional de un régimen que se bestializaba frente a un líder que no tenía más armas que su palabra ni más ejército que sus colegas, y con ellos se atrevió a desafiarlos, encararlos y combatirlos.
 La poesía como actitud vital 
Horacio, convertido ya en combatiente, cultivó la poesía y la hizo su bálsamo y su arma de lucha. En su trajinar llegó a publicar tres títulos: Pluma Esclava, Esclavos de Corbata, y Alegrías de la Prisión. Con esta última logró ascender a la cima de los elegidos, y en ese pedestal se ha quedado, aunque es verdad que con olvidos y silencios. Y es que los maestros lo reconocen y lo mantienen vivo en su itinerario de combatiente y fundador del SUTEP; pero, han echado –sin querer- silencio sobre el poeta, al extremo que hay el riesgo que su poesía sea cubierta de un catafalco de olvido. Esto es lo que tenemos que impedir y evitar. Y una de las formas de hacerlo es difundiéndolo y llevándolo al aula a él y su obra.
Horacio logró la condición de auténtico creador con su último libro Alegrías de la Prisión, epilogal porque la muerte truncó al poeta y al líder.  La mejor prueba que tenemos de la detención abrupta del poeta las frases de sinopsis de la contratapa del libro: “Su verdadera historia poética comienza sin embargo ahora y continuará con la próxima edición de los textos que concluye en estos días.” (3)
Esto es lo que dice el sello editorial Obramundo. Se colige que después de esta publicación, vendrían otras más. Sería lamentable que las creaciones últimas del poeta Horacio se hayan perdido. Aquí hay que emprender una investigación. ¿Quién la asume?
Horacio hizo una poesía intimista y lírica, lo que no le impidió llevar dentro de sí las razones y emociones de una militancia que realizó su personalidad de manera integral, al extremo de advertir que “El Partido forma y realiza. Toda acción retorna al pueblo, del que nace. En él se troca en futuro concreto, en revolución posible. Solo la militancia política activa, favorece una auténtica y profunda convicción revolucionaria. Dedico estas Alegrías de la Prisión a mi Partido, el P.C. del Perú.” (4)
En este aspecto, el poeta ratifica las tradiciones, para hablar solo de los peruanos, de los creadores cuya adhesión política y social no los  separa del reino de la poesía, sino que con esa militancia, la poesía gana en calidad, intensidad y belleza. Sino veamos el caso de César Vallejo, quien ya militante reconoce que “todo acto o voz genial viene del pueblo y va hacia él”. Sus Poemas Humanos, Poemas en Prosa y España, aparte de mí este Cáliz, son obras de valor universal por su estética e identidad con la humanidad.
 Crónica y emoción
 A inicios de los 70s., y recién formado en el SUTEP, sus líderes y activistas son confinados en el Penal del Sepa, aquella prisión enclavada en la Amazonía, en este lugar eran recluidos los delincuentes de más amplio y peligroso prontuario y los dirigentes sociales indoblegables que combatían el orden existente.  Ahí estuvo Horacio e hizo su travesía por los reinos de la nostalgia. Así, recordando a la madre va pergeñando versos que después, con “esfuerzo de artesano”, como diría Javier Heraud, va dando forma. Va “separando la paja del grano”, y seleccionando sus poemas que pasarían después a ser parte de su Alegrías de la Prisión:
“De los presos soy el último
dame por descontado en las filas del encanto.
De qué les sirve mi cuerpo
si el corazón lo tengo libre
Difícil no es vivir
sino entender porque se vive
Bebiendo el cristalino trago de tus senos
aprendí a no llorar
y no lloro.
Soy de los que se resolvieron en el mismo vientre
como la flor en la retama
Flores y pájaros trinan
en la ventana de mi exilio” (5)
(Poema 1, Alegrías de la Prisión)
 
Este poema crónica encierra una profunda emoción. El poeta está en presión, lo dice explícitamente. Cavila sobre su opción de vida elegida y ratificada su compromiso. En efecto, “difícil no es vivir sino entender porque se vive”: o se vive de manera trascendente, obrando por abrirle una nueva ruta a la humanidad o se vive de forma rutinaria y mediocre. Aun cuando se logre algún éxito material en la existencia este tipo de vida es absolutamente intrascendente. 
En todos los tiempos, frente a una humanidad de indiferentes, hubo gente dispuesta a transitar por las sendas de la lucha y ofrecer el ser en procura de un mundo mejor. Eso es algo que los seres egoístas y rentistas, acaparadores de riquezas  y de plusvalía, jamás podrán comprender. Por eso, Horacio además de ser vigente como líder gremial debe serlo también como el poeta combatiente y el versificador de la ternura.
En este poema que hemos trascrito, una imagen presente y recurrente en su madre. De ella, bebiendo de los senos maternos y desde los tiempos en que se agitaba en el vientre, aprendió a no llorar y a florecer como la retama. De modo que no ve sombras fatídicas ni escucha llantos ni lamentos, sino que desde su exilo, las flores y los pájaros trinan en su alma.
Se hace en la lucha, en la prisión. Es el poeta de la lucha, pero también de la alegría y el optimismo.  
Su lenguaje de imágenes, capaces de expresar emociones, sentimientos, vivencias externas interiorizadas, ritmo, brevedad y concisión, lo presentan como un poeta que hace uso sobrio y preciso del lenguaje. Esa facultad es lo que hace que la poesía sea definida como la belleza de la palabra. Y esa cualidad la muestra a lo largo de toda la obra que estamos comentando.
Por eso, no es en absoluto arbitrario indicar que Horacio es un poeta auténtico. Tenemos el deber, los que estamos comprometidos en los ámbitos de la cultura antisistema, ponerlo en el sitial que le corresponde. 
Masa combatiente e individualidad creadora
De palabra categórica. Solía afirmar con su corazón y con sus manos. Desde que se fundó el SUTEP, en el Cuzco de 1972, y desde que se le dio la elevada responsabilidad de conductor máximo del gremio, Horacio tuvo que desplazarse en condiciones peligrosas por todas las bases magisteriales del país.
En esta época se gesta el reconocimiento que le brindaron los maestros del Perú y que ha continuado hasta más allá de su muerte. Todos los que lo conocieron señalan que era un hombre de palabra serena, tierna y coloquial. Así también, a la hora de deslindar con otras posiciones y opciones que actuaban al interior de las filas del magisterio, era implacable y contundente, pero era cordial, tanto así que sus propios adversarios lo respetaban y hasta admiraban.
Usaba un lenguaje agitador para calificar a sus adversarios: representantes y autoridades del Gobierno. En esas circunstancias era mordaz, implacable y abundante en el uso de imágenes. Horacio – lo dicen sus compañeros más allegados- era experto a la hora de estampar adjetivos calificativos. El Horacio de la multitud era el líder gremial, el agitador perfecto si cabe la frase, y era el poeta solidario y tierno, que lanzaba merecidas loas a los maestros que luchaban junto a él en pos de los sueños colectivos.
En los momentos que le tocó dirigir la masa para incorporarlas al combate, Horacio fue el jefe guerrero dispuesto a hacer frente a las peores adversidades. Forjó una poesía que por su tono y su espíritu es en realidad un evangelio. Escuchemos lo que dice el guerrero a propósito de la lucha y de la ética de los luchadores.
 
“Maestro
en tu libro de lucha
he aprendido
que no traicionar es un mandamiento
Me enseñaste a vencer montañas
y ciudades
a no retroceder como el agua constante
Vives en mi sangre
y el pueblo abraza tu esperanza
Eres el Huascarán que de puro hermoso causa espanto
En ti aprecio al Urubamba que baja vivando
y al amanecer pareces el Titicaca que se ahoga
en las orillas de mis ojos
Nada importan abrojos y enemigos
para vencer requiero tu ternura
la trasparencia humana
tus brazos de cóndor
Quiero lealtad
como los niños que siembras con tus palabras
Un ideal color de lirio un país como tú
donde el fusil hable y derrame cantos
Maestro
cuando te miro me acuerdo que estoy venciendo
y no tengo miedo a los descuartizadores
de la luz y el canto” (6)
(Poema 29, Alegrías de la Prisión)
Horacio es el poeta de la emoción y hasta del simbolismo lúdico. Este Horacio aparece en toda su dimensión cuando se expresa en versos como una forma de resistencia. Podemos decir que Alegrías de la Prisión tiene un valor intrínseco en su lenguaje en sí y por eso es poesía auténtica.
La fuente de Alegrías de la Prisión es el amor en sus vastas dimensiones: a los maestros, a la madre, a la patria, a la amada, a los amigos entrañables, la libertad, la naturaleza, los niños, la familia. Y la posibilidad casi única de escribir ese tipo de poesía está en estar acompañado del silencio. Si es en la prisión, al autor francamente ya no le importa.  Por eso es que al salir del SEPA solía decir: “la cárcel te tiempla como el acero o te derrite como a una cera”.
Su ser es totalizador y abraza todas las consecuencias que traen consigo esa manera de vivir la existencia. Los que se han acercado a su poesía han advertido que hay en él un creador innato y que el poeta no fue ganado ni anulado por el mar de la lucha y la protesta. Horacio vivió como quería y cantó de la única forma que podía hacerlo: con poesía.
Por eso, pudo dejarnos poemas como éstos:

“Se ve la luna como un muchacho cimarrón
y los amantes se ocultan en su espalda gris
Gira luna
gira lunarejita
A la media noche te haremos la despedida
dame la dicha del búho para mirarte
sin que me mires
Para ir a tu encuentro me vestirán de fiesta
los pingüinos me prestarán su frac” (8)
(Poema 20, Alegrías de la Prisión)

Valoración
Han pasado los años, 32 calendarios,  y los maestros lo recuerdan como su líder y lo citan con versos reiterados, pero aún falta estudiarlo e investigarlo. Hace falta proyectarlo. Ponerlo en el Plan Lector. En un proceso de profundización de la cultura individualista que fomenta el neoliberalismo sería altamente beneficioso y positivo que lo lean los maestros, los estudiantes, los jóvenes; que lo lean no desde la cita a la cita, sino desde la obra completa a la reflexión serena. De Horacio se puede utilizar el más variado poema suyo para poder ejercitar sensibilidad, infundir valores y establecer el conector lógico y dialéctico con la realidad cotidiana y la dinámica social.
Los maestros que trajinamos en procura de una educación de calidad y de un país sin exclusiones y con libertad plena, tenemos una gran responsabilidad. Somos conscientes que no hemos entendido aún en toda su dimensión la vida de Horacio, y la causa es porque aún nos falta entender y sentir su poesía. No es fácil acometer esa tarea. Para empezar, se debería ir a la reedición de su obra; luego, ponerla en el Plan Lector de los Marcos Curriculares. Con esta propuesta y una buena metodología y técnica socio – cultural de comprensión de textos, la frase aquella de que el maestro enseñando también está luchando  tendrá pleno sentido.
Pero, la responsabilidad mayor es difundir su vida y su obra. En estos tiempos de traiciones a los principios, de deslealtades y arribismos,  Horacio es un ejemplo de consecuencia y de coherencia.
Entonces, difundirlo y revalorarlo es una grata tarea, una ineludible  responsabilidad.

Citas bibliográficas:
1.- Savater, Fernando, Figuraciones mías. Ariel, 2013.
2.- Horacio Zeballos, Alegrías de la Prisión, Obramundo, 1979.
3.- Ob. Cit.
4.-  Ob. Cit.
5.- Ob. Cit.
6.- Ob. Cit.
7.- Ob. Cit.
8.- Ob. Cit.



domingo, 14 de febrero de 2016

CANDIDATOS DE LA CORRUPCIÓN



Por Julio Yovera.

¿Cuándo se jodió la política y quiénes la jodieron? Son preguntas más concretas y precisas que las que se hizo a mediados de los 60s el escritor Mario Vargas Llosa.
La constatación mariateguiana que en el Perú tuvimos clase dominante pero no dirigente puede ser una buena pista para intentar encontrar las respuestas.
La reforma que emprendió el capital hegemónico después del Consenso Washington,  impuso el neoliberalismo  y sobre él Fujimori se regodeó como cerdo en el chiquero. 
En todo ese proceso: venta de las empresas públicas; cierre de las instituciones de la democracia formal; violación de los derechos humanos; “estímulo” a la inversión privada en educación sin ningún control; reformas laborales; contó con la aprobación de una ciudadanía que aspiraba a cambios.
El sector pensante, minúsculo en el país captó la maniobra del dictador, la  de minimizar el Estado y hacer omnipotente al mercado Complementariamente,  aparecieron los diarios de titulares canallas; los cómicos de la calle ingresaron a la televisión vasalla y brotaron las entidades asistencialistas que paliaban el hambre. En ese sector la dictadura corrupta construyó sus bases populares.  
Tiempo después cayó el dictador pero quedó incólume el modelo y el estilo mafioso.  
La política se convirtió en oficios de bandas. Los “líderes” no lo fueron por sus cualidades intelectuales ni morales,  ni por su ética ni vocación de servicio sino por servilismo al poder económico y por su cinismo delictivo.
En estas elecciones le ha caído de todo al candidato Acuña, que medra con el nombre del escritor y poeta César Vallejo al mismo tiempo que sataniza sus obras; pero no es solo él, también es el caso de Fujimori hija, que gasta en su campaña electoral sumas apreciables de dinero de origen oscuro. Y los demás, no son la excepción.
Los debates organizados por instituciones profesionales, no me refiero a la de la CONFIEP, sirven para que los candidatos expongan sus ideas. El último debate ha sido organizado por el Colegio de Abogados, Colegio de Periodistas y Biblioteca Nacional.
A él no asistieron: Alejandro Toledo, Alan García, Fujimori Hija, Acuña. ¿Por qué no asisten? Porque ir a esos debates requiere de ideas y propuestas. Lo hacen los candidatos que no tienen plata como cancha. Y los que siguen el debate son los beneficiarios.
Los ausentes tienen muchas limitaciones que ocultar y pocos logros que mostrar. Con un enorme fardo de culpas, lo que saben es hacer comparsa y circo.
¿Cuándo se jodió la política? Cuando los políticos del sistema la convirtieron en mercancía.  ¿Quién la jodió? Gente que no tiene ni pisca de compromiso con ideales elevados.
Parafraseando a un candidato del rubro “otros”. “Sueñan con ser presidentes, aunque nunca hayan soñado con el país”.   


viernes, 22 de enero de 2016

JORGE ACUÑA: MEDIO SIGLO EN EL ASFALTO



Entrevista de Julio Yovera Ballona y Ernesto Toledo Bruckmann al gran artista nacional
A pocos días de su retorno a su Estocolmo, la capital sueca donde reside desde hace más de dos décadas, el primer mimo nacional Jorge Acuña visitó el local central del Partido Comunista de Perú Patria Roja para ofrecernos su arte. Horas previas a su reencuentro con el pueblo, Acuña nos recibió en un rincón del distrito de Barranco para dejar en claro que su compromiso con el pueblo y el silencio de su mímica es un grito de lucha.
YyT: ¿Cómo podemos describir al público de la calle de la década de 1970 para adelante?
A: El público de la calle es un público que por diversas razones no ha podido nutrirse de espectáculos en salas debido al costo y al vestuario; porque no puede pagar una entrada o no tiene una ropa apropiada para ir. El público de la calle es un público nuevo, por eso es hermoso, porque es gente que empieza a recobrar su sentido lúdico, ese juego infantil y a través de eso tenemos ya una herramienta educativa; ahí ya es cuestión del artista ver lo que quiere comunicar.
YyT: Pensando en voz alta se nos ocurre que el público de la década de 1970 esperaba y necesitaba este tipo de arte ya que en poesía, música y pintura había ese tipo de arte. ¿Qué ha cambiado de ese público con el que tú te encuentras ahora?
A: Yo creo que hay un abismo de veinte años entre 1980 y el 2000; es que la juventud no sabe lo que ha pasado en esos últimos veinte años de violencia polìtica. Es un hueco que hay que esclarecerlo en el futuro. Son nuevos jóvenes que no saben qué pasó, porqué pasó y cómo pasó. La nueva obra de los escritores, artistas, pintores e intelectuales es esclarecer ese tramo oscuro. Se necesita analizar los problemas y ya hubo una intensión… ha habido una equivocación nuestra pero eso es la guerra.
YyT: ¿Sobre esto último podría ser un poco más claro?
A: La guerra o la gana o la pierde pero los intelectuales de esta orilla han escondido su posición con justa razón porque si no lo acusaban de apología al terrorismo. Entonces los jóvenes no accedieron a documentos para leer; por eso hay este abismo. Los maestros también tienen la labor de esclarecer este espacio oscuro. Los nuevos jóvenes van a comenzar a buscar esa información porque tienen ahora una nueva herramienta que es el teatro, donde se va a poder ver lo que realmente ha pasado. El teatro es indiscutiblemente un microscopio de mil lentes donde podremos ver cómo ha sido ese periodo; de no ser así no podremos entender ni lo antes ni lo después.
YyT: ¿Existe la intensión de los jóvenes por conocer este periodo?
A: Sí hay un importante esfuerzo pero como no tienen la documentación histórica y la voz que te diga “yo he estado ahí”… además, todavía queda el pánico.
TyT: Hay un primer momento tras la muerte de Mariátegui, donde hay una fuerte represión que su momento más duro fue con Odrìa; luego hay un segundo momento en la década de 1950 en que hay un trabajo por la búsqueda de las raíces para hacer un proyecto. Lego viene la década de 1970 y 1980 que, como lo has señalado, es un trauma: En los anteriores casos, un proyecto político estaba unido y a un soporte cultural. Ahora ese soporte no lo vemos. No hay un proyecto cultural que sustente a un proyecto político socialista ¿cómo podríamos ahora engarzar un trabajo cultural con un proyecto político socialista?
A: En principio tenemos que tomar en cuenta que el producto pesado del llamado gran teatro hay que olvidarnos por un momento porque no hay quién lo subsidie. Luego tenemos el teatro liviano, el de penetración; tampoco olvidemos que tenemos unos medios de comunicación estupidizantes con aparatos como la televisión y el internet. Entonces el teatro debió agilizarse y convertirse en una célula de penetración, tiene que dejar las grandes salas y entrar a los sectores populares e incluso entrar a las casas ya que acceder a lo que cobra alquilar el Teatro Nacional es muy difícil, además es contradictorio porque sebe ser una herramienta de educación.
Debemos convertirnos en una célula pequeña y sustanciosa porque no podemos seguir haciendo un teatro sin mensaje; con estos pequeños elementos debemos hacer algo que le atraiga a la gente y que a su vez le enseñe. No es un trabajo fácil pero alguien tiene que enseñarles. Yo entro a la plaza así (mostrándose su ropa diaria) y si logro desarrollar la función logro en la gente un grado de reflexión y de emoción. Hay un momento es que un artista pierde el control realista de las cosas. Bertolt Brecht criticaba que el artista llegue a extremos y cuando esté por llegar a emocionar al público y a obnubilarse, optaba por su regla de montaje que era el distanciamiento o enfriamiento, dejaba de actuar porque cuando el público ya está obnubilado es que ya no piensa. Eso es lo que tiene que conocer el actor.
Hay buenos movimientos juveniles de teatro en Arequipa, en las barriadas que no son solamente los cómicos ambulantes. No tienen la preparación profesional pero tienen un deseo de expresarse; la prensa no habla de eso. Existen unos mecenas propios que apoyan el arte.
YyT: Ese debería ser el reto tuyo, que los cómicos ambulantes lleven la risa pero también la reflexión y el análisis.
A: Sí pero ese trabajo es un trabajo en común; no solamente tiene que hacerlo el cómico sino el público. Las dos reflexiones hay que tenerlas para llegar a una conclusión. Yo puedo estar totalmente convencido de lo que hago pero el público no se convence de lo que hago. Las groserías de los cómicos ambulantes son groserías de un sector popular que se ve pero esas mismas groserías están arriba, en la clase alta… pero escondido y perfumado. El público también tiene que entender eso, a identificar las cochinadas de una sociedad que es corrupta; y porqué se da esas cochinadas en los sectores populares… porque hay una restricción en la educación; cada vez los libros están más caros en una sociedad multiétnica como la nuestra;
YyT: ¿Cómo el arte puede jugar un rol de articulación de la cultura peruana sin complejos ni divisiones?
A: Cuando estuve a cargo del grupo de teatro de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga ingenuamente preparado en la Escuela Nacional de Arte Dramático pongo en escena obras de Samuel Becker; siempre hacía teatro universal pero nosotros trabajábamos seis a siete meses con actores para hacer solamente tres funciones: para el Consejo Universitario, para los alumnos y sus familiares y otro para el pueblo. Era demasiado esfuerzo para tres funciones. Entonces propusimos descentralizar las actividades teatrales, primero a los barrios de Ayacucho y luego hacia las otras provincias, distritos y comunidades. Llegamos a 250 comunidades campesinas. Pero para llevar adelante eso había que hacer toda una traducción porque el lenguaje universitario no se entendía en el campo; además los problemas que mostrábamos en el teatro clásico eran problemas existenciales con eco en sociedades desarrolladas y el problema de los campesinos son otros: la sequía, la cosecha la siembra.
YyT: ¿Cómo hacer llegar ese menaje a los sectores históricamente explotados?
A: Ahí venía el trabajo quirúrgico de los actores. Ahí nos dimos cuenta que las sociedades campesinas tienen su propio teatro; utilizar otros recursos escenográficos como balcones de las plazas, representando a las autoridades de su comunidad; me sorprendí porque los campesinos conocen las técnicas teatrales.
Ya cuando me destituyen de la UNSCH me dicen los alumnos: “mire a este profesor; por no tener cabeza terminó en la calle”; siempre ha sido la creencia que la calle es el final de todo y eso no lo creo. La calle es el comienzo de todo y lo demuestra mi experiencia. La calle es un escenario muy movedizo porque nunca sabemos lo que puede pasar; el que convoca a la reunión es el que se hace responsable de todo.

martes, 12 de enero de 2016

LA FORMACIÓN IDEOLÓGICA AUTODIDACTA DE MARIÁTEGUI



 Por Julio Yovera.

Una premisa básica no tenida en cuenta suficientemente en el quehacer de los marxistas peruanos fue identificada y asumida por Patria Roja,  y está referida a la “derrota ideológica, política y cultural” que les propinó el neoliberalismo.
A inicios de los 90s, el pensamiento neoliberal estuvo en auge e, inversamente, el marxismo sufría su más serio revés: no solo con la caída del llamado “socialismo real”, también el arrinconamiento de las corrientes marxistas en el mundo y A.L. en particular; y al desprestigio del dogmatismo, que declarándose formalmente marxista y seguidores del “luminoso sendero” de Mariátegui, lo que hicieron fue negarlo y desnaturalizarlo.  
Los dos modos de pensar  recomendados: “partir de la realidad” y “acabar con el espontaneísmo” quedaron en el enunciado. Históricamente, la formación marxista en el Perú, con la excepción de Mariátegui y de unos pocos intelectuales, ha sido débil. En nuestro país no hubo dominio de la  concepción y el método científico marxistas. Basta decir que hasta en las universidades la teoría socialista científica fue proscrita. Y cuando se logró incorporarla a la malla curricular, los docentes la convirtieron en casi un catecismo.     
Es importante que los marxistas peruanos estudien la vida y obra de Mariátegui, ejemplo y paradigma, aún no cabalmente valorado. Con esto no decimos que hay que poner en el altar de la verdad lo que el Amauta afirmó, sino hacer los esfuerzos por conocer más que sus deducciones y sentencias, su manera de estudiar e investigar.  
Su autodidactismo, por ejemplo, debemos de entenderlo como un proceso de aprendizaje y después como un proceso de enseñanza. Leyó, primero por inquietud y por curiosidad; después, por interés. No se formó para “saber más”  o para llegar a la satisfacción de la erudición. Mariátegui pasó del nivel de la asimilación informativa y conceptual al nivel de la reflexión analítica, y de ahí al pensamiento categorial, es decir, a la formulación de sus propias deducciones y a la creación de una teoría del socialismo en el Perú. 
El autodidactismo que cultivó se sustentó en la necesidad de conocer e investigar integralmente la realidad para luego transformarla.
¿Cómo logró ese desarrollo? Esta es una pregunta clave pocas veces hecha y, cuando hecha mal respondida. Tener conocimiento sobre la forma de cómo y para qué estudiaba Mariátegui es fundamental para el desarrollo de una corriente marxista que se interese en formular e impulsar un Proyecto Político de transformación para el país.
Lo que precisó, particularmente en Los 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana y en los escritos reunidos en Ideología y Política, fue consecuencia de los análisis a los que llegó de sus lecturas de la teoría general y del método de investigación marxistas; de la ciencia y la cultura de su tiempo; de sus estudios sobre investigaciones hechas en las ciencias sociales; de la historia del Perú; de sus  observaciones y de las conversaciones que hacía con personas que recibía en su domicilio del Jirón Washington.
Las conclusiones a las que llegó no fueron verdades cerradas. Y eso le da el perfil de un hombre de ciencia riguroso pero dialéctico y abierto.
“Ninguno de estos ensayos está acabado: no lo estarán mientras yo viva y piense y tenga algo que añadir a lo por mí escrito, vivido y pensado”, precisa en su ADVERTENCIA, al inicio de sus 7 Ensayos.
Toda su obra la procesó teniendo como norte: la teoría del socialismo científico y como instrumento de investigación, el método materialista dialéctico, que algunos suelen cuestionarlo y pretenden descalificarlo sin tener la más mínima idea de qué se trata.
La teoría fue para él un marco de referencia que le servía como premisa de orientación.  La formación que adquirió le sirvió para tener una concepción materialista y eso le permitió identificar las condiciones objetivas, que en la  teoría marxista se conoce como estructura y eso le permitió también identificar, estudiar e investigar los fenómenos o hechos de la superestructura en sus dimensiones jurídicas, educativas, culturales, éticas y estéticas.
En una palabra, su visión dialéctica le permitió identificar la realidad y sus fenómenos en constante movimiento. 
Además, tuvo capacidad para entender los hechos en sus generalidades y sus particularidades. Del análisis que hace de la independencia, `por ejemplo, concluye que en el Perú, a diferencia de Europa, no hubo una burguesía que rompiera con la casta feudal. Al  contrario, se coludió con ésta, configurándose –en su tiempo- una sociedad semifeudal y semicolonial.
Otro de sus aportes es el análisis que hace sobre la existencia del factor indígena y su rol en un proceso social de transformación; planteamiento diferente y opuesto a las tesis de la III Internacional, con las cuáles Mariátegui dio un debate alturado, tanto en el Congreso de Confederación Sindical Latinoamericana (Montevideo, Uruguay, mayo de 1929) como en la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana (Buenos Aires, Argentina, junio de 1929).
Para Mariátegui la concepción y la estrategia clasistas no eran suficiente para trazar una propuesta de lucha reivindicativa y emancipadora. Debía tenerse en cuenta también el rol de los sujetos históricos propios como las poblaciones nativas e indígenas de las sociedades nuestras.
¿Cómo estudió Mariátegui? Responderse es un asunto clave para emprender cualquier proceso de formación ideológica marxista.  Estudió de manera planificada. Y hay certeza en la afirmación siguiente: manejó bien las tres fuentes integrantes del marxismo: la economía política, la teoría socialista y la filosofía y su método; pero, además, Mariátegui fue asiduo lector de literatura, crítico de pintura y amante de la música. Fue un humanista extraordinario.   
¿Para qué estudió Mariátegui?
Como ya hemos dicho, se cultivó, asimiló teoría, estudió conforme al método materialista dialéctico con el vivo propósito de construir un Proyecto Histórico Revolucionario y Socialista.  Se esforzó de manera coherente para llevar la teoría a la acción. Lo más relevante de su legado doctrinario, orgánico y programático fue la fundación de la CGTP y la fundación del Partido de los marxistas - leninistas. 
Mariátegui tuvo un norte: “contribuir a la creación del socialismo peruano”, “construir un Perú nuevo, dentro de un mundo nuevo”.  Lo asumió como un proceso ineludible de la revolución peruana, entendiendo que ésta: no sería “calco ni copia, sino creación heroica”. El reto que toca resolver ahora, en el entendido que su pensamiento no ha caducado, es cómo gestar esa “creación heroica”.

Hay un aspecto más que nos interesa abordar, aunque sea brevemente. Hemos dicho que Mariátegui estudió la realidad para transformarla. Cuando retornó de Europa, con el fin de crear una corriente marxista, se hizo cargo del curso Historia de la Crisis Mundial, en la Universidad Popular Manuel González Prada. 
Su práctica docente corresponde a la que hoy llamamos “pedagogía crítica”. Ésta busca crear conciencia para formar sujetos históricos de cambio.
Al intelectual italiano Antonio Gramsci se le puede ubicar en esta corriente. Lo mismo puede hacerse con Paulo Freire, de  Brasil. Y dos desconocidos pedagogos norteamericanos, Henry Giroux y Peter McLaren son representantes de la pedagogía crítica. Pero de esto hablaremos más adelante.
Hoy concluimos diciendo que Mariátegui es el referente más importante que tienen los marxistas peruanos y latinoamericanos para retomar el rumbo y avanzar.